Tan ajenos son la avaricia y los deleites del humano al amor, sol impetuoso radiante en esplendor ardiendo en el corazón del noble los cuales terminarán por destruir la mansedumbre del buen hombre y en consecuencia la inocencia vivirá preocupada de desaparecer, entonces, se levantará decidida e inspirará miedo al corrupto, pero jamás olvidará en cada dulce mañana apacentar con esperanza y lágrimas de dolor las alegrías de niño enviadas al mundo, a los libres de culpa.
miércoles, junio 11, 2014
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