27 de Noviembre del 2015
No quiero ir por la vida fingiendo ser brillante, no lo soy. No lo puedo lo todo y menos lo poco. Por qué dependemos de la suerte de recibir dones y poder quedarnos sin nada? Y por qué estoy maldito con la auto-consciencia y con juzgarme aun más que los ojos curiosos que me siguen?
No quiero ir por la vida fingiendo ser brillante, no lo soy. No lo puedo lo todo y menos lo poco. Por qué dependemos de la suerte de recibir dones y poder quedarnos sin nada? Y por qué estoy maldito con la auto-consciencia y con juzgarme aun más que los ojos curiosos que me siguen?
A veces ni límite hallo en la honestidad, ¿qué es eso?
¿Qué pasó con el niño que la recitaba con certeza y un brillo en los ojos?
Tengo miedo... no quiero ser visto... detesto detenerme... y detesto necesitar ese auto-control. Pues hay allá fuera personas malvadas y yo soy solo un alma desdichada que prefiere huir antes que gozar, pues no entiendo mi alrededor, y debo, pero... ¡Oh! ¡Tengo miedo de aprender!